lunes, 25 de febrero de 2013

Juego y Deporte


Enrique Pichon Rivière


Comenzamos hoy con la entrega del material prometido. De ellas emergen con clara fluidez, todas las consideraciones que al respecto del cuestionario elevado nos ha formulado el Dr. Enrique Pichon Rivière. A su pedido expreso aclaramos que nuestro entrevistado aborda la cuestión afirmado en las investigaciones personales realizadas por él en este campo, a lo que debe sumarse la consulta de estos autores: Freud, G. H. Mead, Buytendijk, y Huizinga.
-Entiendo -nos responde el Dr. Pichon Rivière-, que antes de hablar de deporte, debemos enfocar otro tema: el juego. En general, en su estructura y en su función.
-De acuerdo, definamos entonces el "juego".
-Podemos afirmar que el juego es tan viejo como la cultura, por la sencilla razón que presupone una sociedad humana. Los animales, por otro lado, no han esperado que el hombre les enseñara a jugar. Parece ser que la civilización no ha añadido ninguna característica escencial a la función del juego y a su significación más profunda.
-¿Qué función le adjudica usted al juego en el mundo animal?
-Decididamente, el juego es algo más que un fenómeno meramente fisiológico, ya que tiene siempre un significado social. En el juego, entra en juego algo que rebasa el instinto de conservación y que le da un sentido de ocupación vital. Hay dos aspectos fundamentales que caracterizan al juego: es una lucha por algo o una representación de algo.
-Bien, denos entonces la definición concreta.
-Advierta que la exposición previa nos ha allanado el camino hacia la definición. El juego es una ocupación libre, aunque se desarrolla dentro de límites de tiempo y espacios determinadas por reglas absolutamente obligatorias. Reglas que deben ser, a la vez, libremente aceptadas. Esta acción tiene su fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría. Además y esto es importante, en el juego se tiene la conciencia de ser de otro modo que en la vida corriente.
-¿Puede decirse que esta definición comprende lo que denominamos juego, o sea juegos de fuerza, de habilidad, de cálculo, de azar, de exhibiciones y representaciones?
-Efectivamente. Ahora bien, para aclarar conceptos que no he querido sobrevalorar las funciones del juego en el ámbito de la vida cultural. Una determinada cultura, lleva incluídas ciertas características que configuran los juegos. Es decir, que algunos aspectos de la cultura pueden surgir primero en forma de juego. En una palabra: que la cultura, en principio, se juega. Otra conexión entre cultura y el juego, habrá de buscarse en los niveles más elevados del juego social, en los que se nos presenta como actuación ordenada de un grupo o de una comunidad; o de dos grupos que se enfrentarán.
-¿En qué medida el juego individual repercute en el plan cultural?
-Cuando un individuo juega, para sí solo, en muy limitada medida es fecundo para la cultura. Ya manifesté, anteriormente, que todos los matices que definen al juego: el jugar juntos, el luchar, el presentar y exhibir, el retar y fanfarronear, con todas sus reglas limitadoras, se dan también en la vida animal. De modo que la competición y la exhibición adquiren ciertas modalidades de la cultura correspondiente.
-Usted habló de tensión en el juego, ¿qué quiso significar?
-En el juego hay tensión e incertidumbre. Fíjese usted que permanentemente se plantea una pregunta: ¿saldrá o no saldrá el juego? Hasta cuando una persona se entretiene con solitarios, palabras cruzadas o rompecabezas, se realiza esta condición. Pero en el juego efectuado entre rivales en puja, este tipo de tensión o incertidumbre por el resultado, se agudiza hasta un grado máximo aunque luego viene una distensión. Esto de salir ganancioso o vencedores, puede llegar a amenazar seriamente la condición o ligereza del juego mismo.
-Creo que en este momento debo preguntarle si influye la presencia o no presencia del espectador en el juego.
-Esto es muy importante, sin duda. En los juegos llamados de azar, esa tensión de que hablábamos sólo en pequeña medida se comunica al espectador. Tiene usted el ejemplo de los juegos de dados, que deben considerarse como estériles para la cultura porque no aportan ninguna riqueza al espíritu ni a la vida. Pero cuando en un juego la porfía exige cierta destreza o habilidad, y fuerza, tanto mayor es la tensión que embarga a los espectadores. El mismo juego del ajedrez arrebata a los circunstantes. Convengamos finalmente en que los valores físicos, morales o espirituales, pueden elevar al juego a un plano determinado de cultura, pero cuanto más adecuado sea el juego para intensificar la vida del individuo o del grupo, primordialmente del grupo, tanto más se elevará en ese plano.
-¿Qué es lo que está en juego cuando jugamos?
-Usted ha dado con una frase que condensa la esencia del juego: en el juego algo está en juego. Pero ese algo suele confundirse. No se trata del resultado material del juego, como podría ser la ubicación de la pelota en el arco o en un cesto. Lo ideal es que el juego salga bien, que resulte. Ese salir bien, proporciona una satisfacción especial al jugador y al espectador. Y con la presencia de espectadores ese sentimiento agradable aumenta. Quien resuelve un solitario, por ejemplo, se alegra en mayor dosis si alguien lo mira. De lo que resulta esnecial para el jugador, poder vanagloriarse ante otros de que su juego haya resultado bien. De allí que el concepto de ganar guarda una relación íntima con el juego.
-Pero, ¿qué quiere decir ganar? ¿Qué es lo que se gana?
-Ganar es mostrarse tras el desenlace de un juego, superior a otro. Pero como ese tipo de superioridad tiende a convertirse en otra superioridad de carácter general, concluímos en otra afirmación: más que ganar el juego, se ha ganado honor y prestigio. Honor y prestigio que benefician no sólo al vencedor sino al grupo al cual éste pertenece. Y estamos ante un concepto de trascendental importancia: el éxito logrado en el juego, se puede transmitir en alto grado del individuo al grupo. A tal punto es así, que sobre la exigencia primaria de doblegar al contrincante, surge otra, que es la de si en verdad ha aumentado con la victoria el poder del individuo y del grupo que él representa.
-Sintetizando, doctor, que el juego es una actividad libre, separada y reglamentada.
-Claro que lo es. Libre, porque no puede obligarse a un jugador sin que el juego pierda su naturaleza; separada, porque está circunscripta a límites determinados con anticipación y reglamentada porque está sometida a convenciones que instauran momentáneamente una legislación apropiada.
-Separemos ahora, entonces, "juego" de "deporte".
-Creo que ya lo hemos hecho, aunque puede redondearse en este esquema: el juego puede ser de competición, de suerte, de simulacro, y de vértigo. En la primera calificación entran el atletismo, la lucha, el boxeo, el fútbol, el ajedrez, etcétera; en la segunda, los juegos infantiles de sortear, la ruleta, las apuestas, la lotería, etcétera; en la tercera, las imitaciones, las máscaras, los disfraces y, en forma general, el teatro; finalmente el columpio, el alpinismo, el tiovivo, el esquí, etcétera.
-Este cuadro nos acerca, doctor, a uno de los temas propuestos, el fútbol.
-Penetremos en él, como le prometí. En nuestro país el fútbol llamado el más popular de los deportes, merece una atención que nunca se le ha dispensado y desde un ángulo que resultará extraño a muchos. Si la práctica del deporte se emprende con espontaneidad para darle al deporte una orientación cabal, es indispensable hacer un estudio socio-psicológico del mismo. Porque el deporte no es solamente importante para la formación de la juventud, sin que se haya convertido en un medio común de existencia capaz de ejercer una influencia decisiva sobre las apreciaciones que se hacen en el conjunto de las relaciones humanas. El fútbol, obvio es decirlo, no tiene sólo trascendencia a su vez para los cientos de miles de cultores con que cuenta entre nosotros, sino para otro número mucho mayor de espectadores y aficionados que están concentrados en su derredor. Ya nos ocuparemos del fútbol, cosa que haré sin antes decirle que ya en 1903 se publicó en los EE.UU. un artículo sobre la materia titulado "La psicología del fútbol", precisamente en la razón de un interrogante que sigue en pie: por qué es el fútbol el deporte que atrae mayor cantidad de espectadores y por qué son tántos y tan variados los conflictos que surgen en su medio.

Enrique Pichon Rivière
(En "Psicología de la vida cotidiana", 1966/67)


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Vicisitudes subjetivas frente al cambio

Vicisitudes subjetivas frente al cambio
Dra. Gladys Adamson


Enrique Pichon Rivière plantea en un articulo de 1955 que el sujeto situado frente a un nuevo conocimiento este impactará en su esquema conceptual y referencial previamente constituido. Si éste ECRO individual se ha conformado en condiciones de rigidez y estereotipia el nuevo conocimiento desencadenará actitudes de rechazo que Pichon Rivière entiende como "actitudes estereotipadas y distorsionadas debido, entre otras causas, a métodos anticuados de enseñanza mantenidos en vigencia como guardianes de determinada ideología" "Estas actitudes rígidas, mantenidas por un esquema conceptual semejante y que funciona de una manera mas o menos inconsciente, constituyen barreras que impiden la irrupción de objetos (...) nuevos y originales que emergen en la mente del sujeto renovador, como un verdadero descubrimiento en un contexto particular".
Al situar la subjetividad en un contexto de modernidad lo conduce a pensar en las vicisitudes subjetivas de los procesos de cambio.
Todo nuevo objeto de conocimiento quedará posicionado en primera instancia como "enemigo del sujeto". Ello desencadenará situaciones de ansiedad cuya intensidad dependerá de la rigidez o flexibilidad del esquema referencial y establecerá la diferencia entre la curiosidad excitante o el rechazo de lo nuevo.
Para pensar en las reacciones emocionales frente al cambio se va a basar en los desarrollos de Melanie Klein, específicamente en los conceptos de Posición Depresiva y Posición Esquizo paranoide que él llamara instrumental y los articulará con su concepción dialéctica de los procesos psíquicos.
Las situaciones de cambio tienen un efecto de desestructuración del marco referencial. Ello instala al sujeto en una crisis. En este sentido su posición subjetiva corresponde a la descripta por Gramsci "Crisis es cuando lo viejo a muerto y lo nuevo no ha nacido aun". Este sujeto enfrentado a la situación de cambio reconoce que sus marcos referenciales no dan cuenta de lo nuevo, no le permiten operar en el nuevo contexto pero no cuenta aún con nuevos referentes que le permitan articular una nueva forma de pensar, sentir y operar sobre la nueva realidad.
Las intensas reacciones emocionales durante la crisis tienen que ver con la perdida de una percepción global de la situación por parte del sujeto, un deslizamiento de antiguos fantasmas sobre los vínculos actuales, la perdida de su ubicación como sujeto y con ello la imposibilidad elaborar estrategias y tácticas mediante las cuales intervenir en las situaciones (proyecto de vida) provocando transformaciones". ("La Noción de Tarea en Psiquiatría").
Las reacciones emocionales de angustia, confusión, percepción de desinstrumentación frente a la nueva realidad, inermidad, culpa etc. es la contracara de todo desafío de cambio. Hay una predisposición a que los mecanismos defensivos que se pongan en juego sean los propios de la Posición instrumental que E. Pichon Rivière entiende tambien desde la dialéctica. Esto es una tendencia a las disociaciones polares, a las contradicciones dilemáticas, una predisposición a ubicar tanto lo peligroso como lo idealizado en sectores de la realidad opuestos y una tendencia a asumir una actitud defensiva que impide, aunque sea momentáneamente un posicionamiento transformador.
Aquí es cuando se vuelve fundamental el sostén vincular del sujeto en crisis y la legitimación por parte de un otro social del desafío del cambio. En este sentido el ámbito grupal (sociodinamico) es invalorable ya que en la circulación de la comunicación grupal los diferentes esquemas referenciales de los integrantes del grupo le van dando diferentes significaciónes a lo nuevo y ello facilita la apropiación de categorías simbólicas que lo tornan aprehensible y permite un reposicionamiento subjetivo frente al desafío con la percepción de adquisición de nuevos instrumentos para abordarlo.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en los grupos que trabajan con desocupados. Lejos de identificarse con el fracaso, la culpa y la inermidad el grupo permite visualizar que la problemática no es individual sino del contexto y la creatividad y capacidad de resignificacion del grupo permite no solo reafirmar el propio proyecto sino que permite imaginar salidas y soluciones que eran impensables antes de la crisis.
E. Pichon Rivière plantea que el enfrentamiento a todo cambio importante desencadenará inevitablemente una crisis subjetiva ya que se pone en juego la capacidad del esquema referencial individual y los límites de la practica social que han permitido su conformación. El sostén vincular aparece como la apoyatura necesaria para superar ese momento de desestructuración del ECRO personal y superar la tendencia a la clausura desencadenada por el cambio.
Desde la crisis también es posible un retroceso y las consecuencias son un reforzamiento de los esquemas referenciales que ganan en rigidez y estereotipia. De allí la importancia que el Operador perciba las situaciones de crisis y pueda brindar una apoyatura vincular al sujeto para sostener el proceso de desentructuración - reestructuración de su esquema conceptual y referencial
y pueda superar sus reacciones de clausura frente a la situación de cambio.
Si el cambio se torna posible y el sujeto logra una visión mas o menos integrada de la situación, y percibe que recupera una cierta capacidad de instrumentación, su ansiedad disminuye y ello le permite retomar una relación dialéctica, mutuamente transformante con sus vínculos y preservar así su proyecto.
La comprension de las vicisitudes frente al cambio son fundamentales ya que vivimos tiempos que al decir de Bill Gates "El futuro no se prevee, se inventa" y ello implica una fuerte apuesta a la creatividad, una capacidad de salto al vacio y a una tolerancia a las desestructuraciones y estructuraciones de su esquema conceptual. Federico Moura, lider de la banda Pop Virus decía: "Me encanta encontrar gente con valentia y entusiasmo para largarse al vacio. Me da ganas de abrazarla. Me dan miedo los tan normales" (1986).

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lunes, 18 de febrero de 2013

Sujetos e interacción social en la marginación en América Latina (Gladys Adamson)

Dra. Gladys Adamson - Ponencia en el IV Congreso Latinoamericano de Pedagogía Reeducativa del 3 al 6 de mayo del 2000 en la Universidad "Luis Amigó" en Medellín, Colombia


Pensar acerca de la marginación es partir de un planteo topológico. La misma palabra tiene una significación espacial. Margen es un determinado lugar, en una página por ejem. Un espacio, ubicable dentro de un topos mayor (topos: lugar). El Diccionario de la Real Academia Española señala: margen: "extremidad u orilla de una cosa" (del latín margo). Es interesante que también significa "ocasión, oportunidad, motivo para un acto o suceso" Por ejemplo "me queda un margen para maniobrar". Creo que es importante rescatar este último sentido para sortear o neutralizar la mirada estigmatizadora que podamos tener acerca de aquello que esta al margen (1)(2)
La Psicología Social concibe a la sociedad teniendo en cuenta 1) una dimensión topológica estructural y 2) una dimensión de imaginario social.
Cuando hablamos de dimensión estructural no nos posicionamos en una concepción estructuralista o si hay que pensar en una referencia teórica seria más estructuralista genética en el sentido que, la importancia de percibir el posicionamiento topológico estructural de un sujeto, un grupo, una institución o una comunidad es para percibir y poder dar cuenta con mayor precisión de los efectos dinámicos, relacionales, vinculares que produce dicho posicionamiento. Creo que más adelante esto quedara mas claro.
Dimensión topológica estructural
Desde el punto de vista topológico estructural no corresponde hablar de marginalidad sino de marginados. Aquí el empleo del verbo es fundamental porque estar ubicado en el margen no es producto de una voluntad consciente, no hay una elección personal en ello. En Argentina, en determinado momento histórico como fueron las primeras décadas de este siglo la marginalidad tuvo una valoración positiva y hasta romántica producto de una ideología anarquista donde se valoraba la no inclusión, la no aceptación de un sistema social regulado por el Estado. Pensemos en Roberto Arlt y sus personajes de "Los siete locos". Progresivamente a lo largo de nuestra historia ser un marginal comenzó a adquirir una significación peyorativa inclusive temible asociada a la delincuencia, a la violencia, la droga, el crimen etc.
La dimensión estructural tiene que ver con el interrogante que se hace Saint Exupery en un relato. El está viajando en tren y vé a una joven pareja burguesa con un bebe viajando en primera clase y vé a una jóven pareja obrera viajando en tercera. Saint Exupery se pregunta ¿Qué pasaría si yo intercambiara los bebes? Tal vez dentro de 25 anos el bebe de la pareja obrera esté viajando en primera y el bebe de la pareja burguesa lo haga en tercera.
Para desarrollar la dimensión topología estructural voy a seguir los desarrollos teóricos de Enrique Pichón Riviere. Quisiera ubicar a este autor aunque sea mínimamente. Enrique Pichón Riviere es un suizo ginebrino de padres franceses, que emigra a la Argentina a la edad de tres años en 1910. Tiene una infancia campesina en el norte de la Argentina, zona que se caracteriza por pertenecer a una cultura guaraní. Pasa su adolescencia en una pequeña ciudad del interior del país, a orillas del gran río Paraná, un típico río latinoamericano, extenso y caudaloso.
A los 19 años se traslada a Buenos Aires para estudiar medicina.
Estamos en 1926 y Buenos Aires se caracteriza por una "cultura de mezcla"(3) conformada por criollos y por extranjeros que en pocos años habían duplicado la población porteña (4).
Esta "cultura de mezcla" produce toda una generación de intelectuales de vanguardia. Pueden pertenecer a la burguesía como Borges o Victoria Ocampo o pueden ser anarquistas como Roberto Arlt o socialistas como los hermanos Gonzalez Tuñon y el Grupo Boedo pero todos comparten este posicionamiento vanguardista. Lo importante era estar al tanto de los últimos desarrollos en ciencia, técnica, filosofía, arte etc. en todo el mundo. Esta no era una posición extranjerizante sino que era tomado como estímulo para desarrollar una obra propia y local.
Victoria Ocampo decía "yo aspiro a que todas estas ideas tengan el mismo destino que el eucaliptos, que vino de Australia pero que ahora es impensable un paisaje de la pampa sin un bosque de eucaliptos".
Pichón Riviere siempre fue fiel a este posicionamiento de vanguardia. Siendo médico fué el que introdujo en la Argentina la preocupación por los síntomas psicosomáticos, siendo psiquiatra introdujo los desarrollos de la Psiquiatría Dinámica. Perteneció a la primera generación de psicoanalistas y fue fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina que difundió el psicoanálisis en Argentina y Latinoamérica. Fue pionero en las primeras experiencias grupales, institucionales, de comunidad terapéutica y creó la Escuela de Psicología Social argentina desde un lugar excéntrico, no en el sentido de extravagante sino fuera del centro, al margen de las instituciones académicas hegemónicas. Por otro lado hay que pensar que fue contemporáneo de Kurt Lewin y estaban desarrollando las primeras experiencias grupales en el mundo a mediados de la década del 1940.
La suya es una Psicología Social pensada interdisciplinariamente ya que articula múltiples saberes fundamentalmente las ciencias sociales, el psicoanálisis y la psicología social norteamericana. No es una teoría grupalista. Es una Psicología Social con una determinada concepción de sujeto, de su desarrollo, de la salud, la enfermedad, con una metodología y una técnica de intervención que es la técnica de Grupo Operativo.
E. Pichón Riviere denomina a su teoría ECRO que significa Esquema Conceptual Referencial y Operativo. Esto es un cuerpo o conjunto de conceptos que refieren a un sector de lo real y cuya meta es operativa. Concebía a la teoría como un conjunto de conceptos instrumentales para dar cuenta y transformar la realidad. En este sentido su posición es cercana a la de Foucault quien planteaba a la teoría como caja de herramientas y a Deleuze quien señalaba que la teoría no debía ser un refugio, un lugar donde apoltronarse sino que toda teoría vale por su exterior, por aquello que produce. E. Pichón Riviere decía "no nos interesa formar excelsos observadores de la realidad sino profesionales que la transformen". No hay que olvidar que el origen etimológico de la palabra teoría es espectador. Teórico era en la antigua Grecia el que se aventuraba mas allá de las fronteras de su ciudad-estado y luego volvía y relataba a sus conciudadanos lo que había visto.
Este posicionamiento teórico es sumamente importante ya que alerta del peligro de lo que Pierre Bourdie denomina el homo academicus, tipo de subjetividad que se conforma en los claustros académicos y que terminan entreteniéndose en juegos de palabras y que pierden la referencia a una determinada practica.
E. Pichón Riviere arriba a la Psicología Social por la necesidad de pensar su practica psiquiátrica. Siendo psiquiatra en el Hospicio de Las Mercedes (hoy Hospital Borda) descubre que quien tiene el código que le permite entender los delirios y las alucinaciones de sus pacientes es la familia de cada paciente. Con ello arriba a la conclusión que hay estructuras que trascienden a la subjetividad que tienen efectos de determinación de la misma. Esta práctica es el contexto de descubrimiento (5) de la Psicología Social para E. Pichón Riviere.
Voy a tomar de su ECRO solo aquellos conceptos que me sean Operativos para pensar la situación de la marginación.
Para E. Pichón Riviere no existe LA sociedad y menos en este momento de crisis de la modernidad donde la sociedad se caracteriza mas por su fragmentación que por su homogeneidad.
Si nos interesa dar cuenta de la constitución de la subjetividad (problemática central de la Psicología Social) debemos pensar a la sociedad como una imbricación de diferentes ámbitos. E. Pichón Riviere plantea que la sociedad debe ser pensada desde la noción de ámbitos que son: 1) lo individual (psicosocial), 2) lo grupal (sociodinámico), 3) lo institucional y 4) lo comunitario.
La noción de ámbito de E.Pichón Riviere designa espacios sociales que si bien contienen lógicas y reglas de juego que le son especificas están íntimamente imbricadas. El concepto de ámbito comunitario es similar a la de campo de Pierre Bourdie. Para este autor concebir el espacio social topológicamente, implica distinguirlo en diferentes campos. Los campos a su vez definen determinados lugares, incluso geográficos en una sociedad que se rigen por determinadas lógicas o reglas de juego, reglas que distinguen un campo de otro. No es lo mismo el campo militar con sus reglas de juego específicas que el campo artístico. Inclusive las reglas de juego de un campo a otro pueden responder a lógicas opuestas.
La macroestructura social no produce subjetividad, la constituyen la imbricación de estos diferentes ámbitos que la intermedian a través del gran mediador que es el vínculo unidad mínima de análisis desde la perspectiva psicosocial y sostén material de la producción de subjetividad. El sujeto no es un individuo. Es unidad de lo múltiple. Es siempre portavoz y emisario de las estructuras y ámbitos que han trascendido su subjetividad y que la conformaron.
Es a través de las redes vinculares, de las lógicas relacionales que sostienen el proceso de socialización - que en términos de E.P.R. es sinónimo de aprendizaje - que la Sociedad logra producir las subjetividades que la reproducen.
El concepto de aprendizaje es un concepto amplio, refiere a un proceso que se despliega, de por vida, como todo proceso de socialización. El aprendizaje desde esta concepción circula en los ámbitos formales y de instrucción sistemática como en los pasillos, entre los pupitres y los recreos de la Escuela. En este sentido la Escuela es una comunidad de aprendizaje o de socialización. No sólo están los contenidos sino los códigos relacionales, la calidad de los vínculos maestro-alumno. Hay una estadística muy significativa hecha en la Argentina que indica que el 80% del contenido de lo que se enseña a un alumno se olvida. Lo que sí permanece es la metodología con la cual se le ha enseñado. Cómo se le enseñó a pensar o como diría E.P.R. cómo "aprendió a aprender".
El aprendizaje circula entonces por las veredas, las calles, la televisión (ese gran aparato de producción simbólica), la computadora, el shopping, por lugares y por no-lugares etc.
La sabiduría popular ha designado una "universidad de la calle" que, como lo señala el Dr. Vives, es "la universidad más extensa que existe". En la Argentina hay un tango de Discepolo "Cafetín de Buenos Aires" que señala que en ese café de la ciudad "aprendí filosofía, timba" (timba es juego de azar) y como diría Macedonio Fernández (escritor argentino de la generación vanguardista) "si lo dice un tango es verdad porque es lo único que no consultamos a Europa"
Dimensión de imaginario social
Cornelius Castoriadis, filósofo griego adoptado por París, se pregunta que es lo que mantiene unida a una sociedad y responde que lo que la mantiene unida es una urdimbre de significaciones sociales que denomina imaginario social eficaz. Este imaginario es producido socialmente por creación y establece para cada sociedad qué es un hombre, qué es una mujer, qué es un niño, qué es el Estado, qué es Dios, qué es el pecado, la virtud etc. etc. Este magma de significaciones opera como un instituido social.
Pero además de lo instituido hallamos también el imaginario social radical que designa lo instituyente, aquello que va creando nuevas significaciones o bien que se planta críticamente frente a antiguas significaciones y propone un cambio en las mismas. Las sociedades democráticas se caracterizan por esta particular dialéctica instituido-instituyente.
Cada ámbito produce un determinado universo de representaciones particulares de este imaginario social. Esta trama de significaciones designa tanto aquello que es propio de ese campo como también las reglas de juego que hacen posible su particular dialéctica persistencia-posibilidad de cambio.
Definir como imaginario social el universo simbólico de cada ámbito implica que este concepto pierda su homogeneidad en relación a la sociedad concebida como un todo y pasa a denominar el universo representacional de cada ámbito especifico.
Forma parte del desarrollo de teorías grupalistas y organizacionales el hablar de novela grupal y de cultura organizacional que designa la dimensión imaginaria de cada ámbito.
Estas precisiones son importantes a la hora de pensar ciertas significaciones propias de los marginados y que no coinciden con el imaginario social concebido desde el poder. Por ejemplo entre ambos grupos sociales generalmente no coinciden las significaciones de aquello que es bueno o malo, lo que es delito o razonable, lo que es digno o indigno. De otra manera no se entiende por qué, en un barrio carenciado, un niño de once años, hijo mayor de una familia numerosa que carece de padre y que entrega a su madre todo lo que roba tenga consenso social y que para sus pares y vecinos sea considerado un buen hijo y una buena persona.
Esquema referencial
El pertenecer a un campo social determinado por razones estructurales y por razones del imaginario social de dicho campo va a tener efectos de producción de subjetividad.
Para E. Pichón Riviere las estructuras objetivas externas como son los ámbitos con sus lógicas y las prácticas sociales especificas que desarrollan los sujetos en él tienen un efecto de producción de estructuras subjetivas que él denomina esquema referencial.
Es un concepto muy similar al de habitus de Pierre Bourdie y designa la autoproducción peculiar, única e irrepetible que lleva a cabo cada sujeto a partir de su proceso de socialización de ciertos modelos de pensar, sentir y hacer.
El campo de la marginación a partir de las prácticas sociales desarrolladas por un sujeto en sus diversos ámbitos (ámbitos que pueden actuar por presencia o ausencia) desarrollan una manera peculiar de percibir la realidad, de organizarla, valorarla, jerarquizarla etc. en esta percepción de la realidad el sujeto se posiciona como incluido o excluido de determinados sectores de la sociedad.
Todo proceso de socialización concluye con la conformación de una estructura subjetiva en la que es importante incluir tanto estructuras cognitivas como afectivas (esquemas y modelización afectiva) y de acción, esto es modelos de como se enfrentan y resuelven los conflictos con que la realidad nos desafía.
Campo de la marginación:
Este sería entonces un campo específico que se rige y opera con ciertas reglas de juego, ciertas lógicas producto de las practicas sociales encaminadas a la supervivencia de los sujetos y por ende a la supervivencia del mismo campo.
Como dijimos, no se trata de una elección voluntaria. A partir de un interjuego de instituciones familiares, educativas, laborales, judiciales, policiales etc. se coloca a un sujeto en un espacio carente de recursos y de contención institucional.
Desde una perspectiva estructural nos planteamos un "mapa" donde ubicamos a los marginados dentro de un campo o en un ámbito determinado. Este campo social tendrá reglas de juego que corresponderán a la articulación o interrelación de lógicas subjetivas, grupales e institucionales propias de ese campo y que se expresarán en normas, valores, interjuegos de instituidos, peculiaridades de las narrativas y del lenguaje. En este campo las instituciones pueden operar por presencia, ausencia o exceso. Pertenecer, como sujeto, a este campo de marginación implica desarrollar una práctica social relativa a la producción material de recursos de supervivencia produciendo también determinadas formas de relaciones intersubjetivas.
Podríamos decir que el campo de la marginación se halla situado en las grietas del espacio social. Se caracteriza más por la ausencia de instituciones o por su aparición brusca, disruptiva y abusiva como la policía por ejemplo. La familia y la escuela misma, tienen un sentido más disciplinario, represivo que de apoyo a un desarrollo vital.
En una encuesta reciente llevada a cabo con chicos de la calle, en Buenos Aires, (Argentina) el 80% pertenecían a familias que habían emigrado y por lo tanto habían perdido el sostén de esa urdimbre de significaciones que caracteriza a la cultura particular de cada región (son obreros rurales que llegan a la gran ciudad), con padres desempleados (ausencia de institución laboral) con baja instrucción escolar (ausencia de escuela) pertenecientes a familias numerosas situación que aumenta las exigencias de alimentación y socialización en general. Todas estas condiciones predisponen a un clima de frustración, impotencia y por lo tanto violencia. Ello promueve la disgregación familiar por lo cual se pierde también a la familia como una institución de contención y apoyo. La frustración y la impotencia prolongada predisponen a las adicciones, el alcohol, la droga.
Tienen una ubicación geográfica determinada: las afueras de las grandes ciudades. En la Argentina el segundo y tercer cordón de Buenos Aires alberga a la población más pobre y en condiciones de marginación.
El hecho que las condiciones estructurales de la marginalidad tengan que ver con la pobreza es preocupante porque ésta se halla en expansión en Latinoamérica. El informe "Desarrollo humano 1992" del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo especifica que las polarizaciones sociales están en crecimiento. El 20% más rico de la población mundial es dueño del 82,7% del producto Bruto Mundial. Según este informe las distancias entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la población mundial se ha duplicado en los últimos 30 años.
En 1980 el 38% de los latinoamericanos pertenecían a la franja de los pobres o que estaban por debajo de la línea de la pobreza. Esto implica 4 de cada 10 latinoamericanos.
En 1990 el "Proyecto Regional ONU de superación de la pobreza" señaló en la Conferencia Regional de los países de América Latina sobre la Pobreza (Quito 1990) que el 62% de la población latinoamericana estaba en situación de pobreza. Esto significa mas de uno de cada dos latinoamericanos están en situación de carencia en relación a sus necesidades básicas de desarrollo humano "La década del 80 al 90 ha sido una década de avance casi arrollador de la pobreza en Latino América" señala B. Kliksberg. Ello ha coincidido con el auge de las estrategias neoliberales en los Gobiernos latinoamericanos.
Por otro lado la mitad de los pobres está en la categoría de "pobres extremos" que son aquellos que aún dedicando todos sus ingresos a abastecerse con alimentos no llegan a ingerir las proteínas y las calorías necesarias para vivir.
Las grandes ciudades de Latinoamérica asisten a la emergencia del fenómeno de "los niños de la calle" En Brasil ocho millones de niños viven en la calle expuestos a toda clase de riesgos incluso a la muerte. En los años 90 tres niños por día eran asesinados en Brasil por "escuadrones de la muerte".
El desarrollo humano y social de un país no depende de su ingreso "per capita". Hay países con recursos económicos escasos y que sin embargo poseen una mejor calidad de vida de su población que otros países más ricos desde una perspectiva macroeconómica. "Las tasas de esperanza de vida y alfabetización de Costa Rica son muy superiores a las de Kuwait, a pesar d que su ingreso per capita es cuatro veces menor" (6). El acceso a la educación y la presencia de adultos alfabetizados es superior en Sri Lanka que en Arabia Saudita aunque en este ultimo país el ingreso per capita es 15 veces mayor. También en Arabia Saudita la mortalidad infantil es cuatro veces mayor que en Jamaica aunque triplica a este último país en ingresos por habitante (6).
En rigor la calidad de vida de un país tiene que ver con una justa distribución de la riqueza, con el acceso de toda la población a la vivienda, a los servicios de educación, salud, trabajo y cultura. Los índices de medición de desarrollo social no deben ser económicos sino la esperanza de vida, el acceso a la educación, al trabajo, a una vivienda digna y la participación en actividades culturales.
El margen se ha ensanchado
El porcentaje de los marginados se ha ensanchado en Latinoamérica y en el mundo debido a los fenómenos de desempleo, precariedad, segregación y exclusión social.
Como fenómeno inédito, nunca vivido en la sociedad contemporánea, aumenta cuantitativamente la población que vive en condiciones de incertidumbre.
El margen ya no lo ocupa sólo la población habitual: los indígenas, los negros, las poblaciones paupérrimas o los pobres entre los pobres sino que hay una nueva población que la sociedad actual ha creado, que emerge de las grietas y los intersticios institucionales, donde "flotan" sin lugar, los desempleados por tiempo prolongado, los jóvenes que buscan empleo, las víctimas de la reconversión industrial, población con falta de trabajo por tiempo prolongado o con trabajo precarizado.
La situación de margen ya no es solo una cuestión de estratificación, no es posible metaforizarlo en términos de una pirámide o en todo caso esta pirámide se ha poblado de múltiples grietas que la recorren en casi todo su extensión.
Puede una sociedad democrática que postula la igualdad frente a la ley mantener una cierta cohesión social con el 20 o 30% de su población en condiciones de marginalidad?
Marginación y anomia:
En la concepción psicosocial la marginalidad no implica una anómia (como ausencia de valores) sino que implica que la anomia es solo momentáneamente una perdida de valores en el proceso de adquisición de otros. Los valores son cambiantesmomentáneos y fugaces. Se pasa de la valoración del trabajo a la valoración de ingresos a la manera que sea, de la pertenencia a una familia a la pertenencia de un grupo de pares, de la autoridad paterna a liderazgos contingentes etc.
Hablar de la anomia de los marginados es algo a considerar porque puede estar implicando una lectura desde los instituidos sociales ligados al poder. Se los define como "anomicos" porque no participan del imaginario social eficaz. El campo de poder siempre tiende a identificar sus intereses corporativos con el interés general. De la misma manera universaliza sus valores y quien tiene otros es señalado como carente de valores o amoral.
La intervención
Estas experiencias se desarrollan en el Barrio "La Esperanza" del Partido de Quilmes, Pcia. de Buenos Aires.
La Esperanza es un barrio carenciado de 10 mil habitantes con casas humildes pero de material. Sus calles son de tierra, no tienen veredas y carecen de cloacas.
La intervención se desarrolla en la Escuela. Como la acción se lleva a cabo en el Barrio la elección de la sede es muy importante. La Escuela aparece como una institución neutral. La Escuela publica es para todos y es de todos. Cualquier otra institución corre el riesgo de ser parcial. Las organizaciones comunitarias del barrio suelen estar al mando de "punteros políticos" lo que los supedita a ciertos lineamientos y condicionantes partidarios además de que aleja a los jóvenes que simpatizan o son partidarios de otras agrupaciones políticas. La Capilla también aparece como perteneciente a una parcialidad y los que profesan otra religión no se sienten convocados. La Escuela del Estado sin embargo aparece como neutral.
Las tareas se desarrollan luego de las cinco de la tarde cuando las clases escolares obligatorias terminan. Previamente se llevó a cabo un Diagnóstico Participativo o un Análisis de situación como se lo denomina actualmente para no hablar de diagnóstico que remite a una enfermedad. Los mismos jóvenes y mujeres del Barrio determinaron que los problemas más urgentes que tenían en el Barrio eran violencia, adicciones, embarazo precoz, SIDA y falta de capacitación laboral.
Se organizaron dos grupos 1) de jóvenes para a) tareas de prevención de violencia, embarazo precoz, adicciones y SIDA, b) Talleres de expresión y creatividad a través del teatro, la música y la expresión literaria(7) y c) Grupos de Orientación social y laboral(8). Y 2) de mujeres con talleres de prevención y de problemáticas de género (derechos, discriminación etc.)
Voy a tomar solo el grupo de jóvenes por una razón de brevedad de la exposicion.
El abordaje se lleva a cabo desde la concepción de aprendizaje de E. Pichón Riviere. En los Talleres de prevención se dá información a través de videos, clases, afiches etc. pero la manera de retrabajar y elaborar dicha información es a través de técnicas participativas. A continuación de recibir la información temática los jóvenes realizan collages, dibujos y pinturas o escenas teatrales en relación al tema que sé está desarrollando. A posteriori de realizar estos trabajos expresivos relativos al tema que se está trabajando, los jóvenes tienen un momento de intervención verbal: hablan y explican el por qué de sus dibujos, de sus esculturas y de sus escenas.
Un ejemplo de la modalidad de trabajo que llevamos a cabo es la siguiente. Para trabajar el tema violencia el profesor de teatro divide a los 38 jóvenes del grupo en subgrupos y les pide que desarrollen escenas de violencia de la vida cotidiana del Barrio.
Los jóvenes se reúnen y surgen así escenas de "Violencia en el barrio" (arrebato de una cartera) "violencia en la canchita de fútbol" (pelea que comienza entre dos jóvenes y luego se generaliza entre todos) "violencia en la Escuela" (bullicio y travesuras en el grado ante la ausencia del maestro y penitencia como consecuencia) "violencia en el recreo"( una ronda de niñas se ve interrumpida por otra niñita que viene de afuera, rompe la ronda y agarra de los pelos a una compañerita). Luego de representar las escenas el profesor de teatro les pide que creen una segunda escena que implique una salida de esa situación de violencia.
Este trabajo tiene el objetivo de recortar y distinguir qué forma adquiere la violencia en su comunidad pero al mismo tiempo comprometerse y poner el cuerpo en llevar a cabo una salida a esa situación. Se intenta poner en contacto al joven con su saber cotidiano y con sus recursos de cambio. Algo siempre es posible hacer para enmendar un acto violento. Solamente voy a relatar la segunda escena que hicieron las niñitas de "violencia en el recreo" porque me impresionó por su lucidez. La segunda escena comienza también con una ronda de niñas que bailan y cantan y una nenita que esta alejada de la ronda. De pronto una integrante de la ronda se desprende de ésta, se acerca a la niña que está afuera y la lleva de la mano a que participe de la ronda y terminan todas danzando y cantando. No deseo trasmitir aquí una imagen idílica sino resaltar que a pesar de ser niñas de 11 y 12 años recrearon una escena de "violencia por exclusión" y sabían muy bien como remediarla.
Los jóvenes llevan a cabo una Revista que se llama "El Terco" que alude al título de una canción del conjunto musical argentino "La Renga" que habla sobre la terquedad de los ideales, que aunque el camino sea duro y los reveses muchos hay que insistir tercamente con aquello que se desea. Esta canción fue elegida como prólogo del primer número de la Revista. Las páginas de esta Revista sirven para que los jóvenes escriban artículos, poemas, los ilustren con dibujos y puedan difundir a los otros jóvenes del Barrio lo que aprenden acerca de prevención de embarazo precoz, de violencia, adicciones etc.
Actualmente están preparando una obra de teatro con el guión escrito por ellos que será representada en la Escuela para todo el Barrio y han escrito la letra de una canción a la que están poniendo música y será grabada en un cassette.
La Radio Comunitaria de la Capilla del Barrio les ha donado una hora de radio los sábados a la mañana para que los jóvenes lleven allí a cabo tareas de prevención en los temas que están aprendiendo en los Talleres y que puedan expresarse libremente en los temas que deseen.
Intentamos formar agentes multiplicadores de lo que aprendieron. Esto refuerza el aprendizaje que realizaron y por otro lado los forma en el camino de lideres de su comunidad. Los grupos de jóvenes financian su Revista con recursos que conocen muy bien. Nosotros decimos que los pobladores de estos barrios le pueden sacar dinero hasta las piedras y no estoy hablando de robo sino de medios lícitos como rifas, donaciones, venta previa de la revista etc.
Toda la producción de los jóvenes es para ser compartida. La revista se vende a muy poco precio en la barrio, en la escuela, se envía a los diarios para que la difundan y se trata de compartirla con otras Revistas de otros grupos de jóvenes del interior del país. Estamos viendo ahora la posibilidad de conectarlos con revistas vía Internet lo que sucede es que la Escuela que es donde trabajamos recién ahora la Directora esta interesada en proveer de este Servicio a sus alumnos.
Este tipo de intervención donde jóvenes y mujeres se asumen como sujetos de la enunciación, es lo que Deleuze y Guattari denominan actividades micropoliticas.
Desde los grupos de "Orientación social y laboral" se llevan a cabo reflexiones acerca de las "Bolsas de trabajo" en los sindicatos, en la Municipalidad, en la Iglesia etc. cómo leer el diario y buscar en los avisos clasificados, cómo presentarse a una primera entrevista, cómo realizar un curriculum y hacer valer la experiencia previa (los jóvenes de los barrios carenciados suelen empezar a trabajar desde muy chicos ayudando a sus padres o familiares en diferentes tareas. Esto como queda inmerso en el ámbito de lo familiar no lo suelen valorar como experiencia laboral) Se visitan lugares de trabajo como una panadería, una imprenta, un diario etc. Se organizan campeonatos de fútbol con jóvenes de otras Escuelas con la ayuda del Club del Barrio y la Secretaria de Deporte de la Municipalidad. El objetivo aquí es que aprendan a gestionar (algo que les cuesta muchísimo) a atenerse a las normas, las restricciones, los horarios, el cumplimiento de tareas, a prevenir escenas de violencia etc. que les demanda la organización del Torneo y el llevarlo a cabo. El éxito del mismo depende del cumplimiento de dichas reglas por lo cual están fuertemente motivados a hacerlo.
Dos veces al año se llevan a cabo Jornadas Comunitarias en la Plaza del Barrio donde se invitan a todas las instituciones del Barrio a realizar tareas o a estar presentes con alguna actividad. Así en la última Jornada estuvieron presentes los micrófonos de la Radio de la Capilla con jóvenes que hacían reportajes acerca del Barrio, opiniones y proyectos de los vecinos, el Comedor infantil de Caritas con un stand de ventas de tortas y bebidas, la Cooperadora de la Escuela con venta de helados, el Taller Cultural de la Municipalidad con sede en el Barrio y que implementaron Talleres de Títeres, comparsa y música.
Los jóvenes llevaron a cabo Talleres junto con los Psicólogos Sociales como por ejemplo "Armando barriles con mi familia" donde se les entregaba los materiales y la consigna era hacer barriletes y remontarlos pero con la familia. Otro taller era "Dibujo mi barrio" Las mujeres pusieron un inmenso papelógrafo para escribir frases allí debajo del titulo "Sueños para el 2000" Los títeres actuaban un guión sobre violencia. Los cantantes espontáneos podían subir al escenario y cantar. Y finalizamos con un baile popular en la misma plaza.
El objetivo de estas Jornadas comunitarias es poder efectivizar y fortalecer cada vez mas la red de instituciones barriales. Creemos que la Escuelas de los barrios carenciados deben operar como Centros Comunitarios y la complejidad de las problemáticas que enfrenta la Escuela no las puede resolver sola. Deben confluir a colaborar con ella en tareas comunitarias el Municipio, las organizaciones comunitarias, los grupos religiosos, las instituciones educativas de nivel superior terciarias y universitarias, las O.N.G. etc.
Acerca de la intervención
A partir de lo expuesto es importante pensar que el abordaje de sujetos que se hallan posicionados en el campo de la marginación tenga en cuenta que de lo que se trata es de incidir transformadoramente en su esquema referencial, en sus modelos de percibir y organizar la realidad, de valorar positivamente o negativamente determinados aspectos de su mundo, incidir en su forma de pensar, transformar sus esquemas de respuestas afectivas a determinados estímulos y sus modos de operar, accionar o solucionar conflictos que el mundo les presenta.
La modificación de los habitus o esquemas referenciales de los sujetos no es tarea sencilla. Requiere de un proceso de practicas sociales, vinculares, simbólicas y materiales que le permitan al marginado acceder a desestructurar su esquema referencial y volver a estructurarlo. Esta desestructuración desencadenará, en él, inevitablemente una crisis. Gramsci dice que la crisis es "cuando lo viejo a muerto y lo nuevo no ha nacido aun". Sostener el proceso de cambio de un joven marginado va a implicar inevitablemente sostenerlo y acompañarlo en el atravesamiento de sus crisis. Es necesario significar estas crisis como vitales y no como signos de enfermedad.
E. Pichón Riviere dado su interés por la subjetividad moderna que es una subjetividad desafiada a constantes cambios siempre le ha dado suma importancia a comprender las vicisitudes subjetivas de los procesos de cambio. El centra su mirada en el hecho que la desestructuración del esquema referencial como inicio de todo cambio promueve una serie de vivencias subjetivas dolorosas que reactivan los miedos básicos que son el miedo a la perdida de lo conocido y el miedo al ataque de lo nuevo. Como lo señala la sabiduría popular "mas vale demonio conocido que ángel por conocer".
El momento de la crisis se caracteriza por una vivencia de soledad, inermidad y desinstrumentación para abordar la realidad , momento de ansiedad, confusión y de incremento de los miedos. Es un momento regresivo que requiere mas que nunca un apoyo vincular que reafirme el proyecto y la legitimación de las experiencias subjetivas por las cuales esta atravesando.
En "La noción de tarea en psiquiatría" (9) E. Pichón Riviere señala que el momento de la crisis es la antesala de todo cambio estructural subjetivo y se caracteriza por:
- incremento de las ansiedades de perdida y ataque
- Se distancia lo real de lo fantaseado. Se incrementa la emergencia fantasmática
El otro no es alguien diferente sino que tiene un valor fantasmático y
transferencial importante.
- Se agudiza la contradicción entre el proyecto (de cambio) y la resistencia al cambio.
- Como salida puede surgir la impostura y los mecanismos de postergación que ocultan su impotencia frente al cambio y que se expresan muchas veces con actividades que solo tienen el sentido de hacer pasar el tiempo y que en rigor no implican iniciar y terminar ninguna tarea.
- Se disocia lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace. Mucho de lo que el sujeto en crisis hace tiene mas valor de "acting" que de acto voluntario consciente.
- Vive con extrañeza las situaciones vitales de su cotidianidad. Hay una perdida de sentido de lo que enfrenta o vive.
- Pierde una percepción global de su ubicación como sujeto
- No puede elaborar estrategias ni planificar un proyecto de vida.
Todas estas características propias de un sujeto en crisis comienzan a revertirse cuando el sujeto a partir de un sostén vincular y de una praxis social compleja puede volver a reestructurar aunque sea mínimamente su esquema referencial.
Todo este proceso no es posible realizarlo sin una participación activa del sujeto y sin que los otros significativos de su entorno social o institucional lo contengan, reconozcan y reafirmen en su diferencia.
E. Pichón Riviere siempre le otorgó una importancia fundamental a la posibilidad de ocupar un rol social activo. El tuvo como psiquiatra una precoz experiencia como Director de la sala de adolescentes del Hospicio de Las Mercedes en Buenos Aires siendo un psiquiatra recién recibido cuando formó a un grupo de sus pacientes como enfermeros y estos se constituyeron en excelentes colaboradores. La consecuencia de ello fue un incremento de los signos de salud de estos pacientes psiquiátricos que pasaron a ejercer un rol de responsabilidad frente a sus antiguos compañeros con el reconocimiento y valorización de su Director.
Las intervenciones desde la Psicología social son de incidencia microsocial. Pueden parecer como un mero paliativo frente a una problemática macrosocial. Como lo señala M.Foucault las problemáticas macro se reproducen generalmente en la microfísica, en las "venas capilares" de una sociedad como son sus vínculos y relaciones intersubjetivas. Sabemos ya a esta altura de la historia que una sociedad
puede realizar un gran cambio a nivel macro y que nada cambie en las instituciones y las relaciones entre los hombres y mujeres de ese país manteniéndose los privilegios, la desigualdad, la injusticia, el autoritarismo etc.
Aun cuando se lleve a cabo un cambio a nivel macro (propio de la estrategia política) va a ser necesario, de todos modos, producir transformaciones en las subjetividades y en las redes vinculares en los que Foucault ha denominado la microfísica del poder.
Esta apuesta a la transformación social a través de una incidencia microsocial puede sonar utópica pero quiero recordar lo que Eduardo Galeano, poeta uruguayo señala acerca de la utopía. La utopía dice este autor es como el horizonte, uno avanza dos pasos y éste se aleja dos pasos, uno avanza un kilometro y el horizonte se aleja un kilometro, la utopía sirve para eso para avanzar.

Notas:
(1) Siempre pensé que E. Pichón Riviere debía por lo menos parte de su agudeza profesional al hecho de pertenecer a esa marginalidad lucida que fue la vanguardia intelectual de la primera mitad del siglo XX en la Argentina
(2) La comunidad suele darse soluciones alternativas que no forman parte de los instituidos sociales como el Club del Trueque por ejemplo que se sitúa "al margen" del sistema de comercialización capitalista.
(3) Beatriz Sarlo: "Una modernidad periférica" Buenos Aires 1920 y 1930. Nueva Vision. Buenos Aires 1988
(4) Porteña es un termino que define a la ciudad de Buenos Aires por ser un puerto
(5) en términos de Reichenbach tal como lo plantea en su libro "Experience and Prediction" (1938)
(6) B.Kliksberg "Pobreza, un tema impostergable" Fondo de Cultura Económica México 1993.
(7) a cargo de la Psicóloga Social Teresa Olivieri
(8) a cargo del Operador en Psicología Social Eduardo Adamson
(9) E. Pichón Riviere : "La noción de tarea en psiquiatría" de "El Proceso Grupal" Nueva Vision 1987

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lunes, 4 de febrero de 2013

El proceso grupal (Prólogo) - E.P. Rivière

Enrique Pichon Rivière

Connaissance de la mort.
Je te salue
mon cher petit et vieux
cimetiere de ma ville
où j`appris à jouer
avec les morts
C`est ici où j`ai voulu
me reveler le secret de
notre courte existence
à travers les ouvertures
d`anciens cercueils solitaires.
E. Pichon Rivière

El sentido de este prólogo es el de esclarecer algunos aspectos de mi esquema referencial indagando su origen y su historia, en busca de la coherencia interior de una tarea que muestra en estos escritos, de temática y enfoques heterogéneos, sus distintos momentos de elaboración teórica.
Como crónica del itinerario de un pensamiento, será necesariamente autobiográfico, en la medida en que el esquema de referencia de un autor no se estructura sólo como una organización conceptual, sino que se sustenta en un fundamento motivacional, de experiencias vividas. A través de ellas, construirá el investigador su mundo interno, habitado por personas, lugares y vínculos, los que articulándose con un tiempo propio, en un proceso creador, configurarán la estrategia del descubrimiento.
Podría decir que mi vocación por las Ciencias del Hombre surge de la tentativa de resolver la oscuridad del conflicto entre dos culturas. A raíz de la emigración de mis padres desde Ginebra hasta el Chaco, fui desde los cuatro años testigo y protagonista, a la vez, de la inserción de un grupo minoritario europeo en un estilo de vida primitivo. Se dio así en mí la incorporación, por cierto que no del todo discriminada, de dos modelos culturales casi opuestos. Mi interés por la observación de la realidad fue inicialmente de características precientíficas y, mas exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo una metodología científica a través de la tarea psiquiátrica.
El descubrimiento de la continuidad entre sueño y vigilia, presente en los mitos que acompañaron mi infancia y en los poemas que atestiguan mis primeros esfuerzos creativos, bajo la doble y fundamental influencia de Lautréamont y Rimbaud, favoreció en mí, desde la adolescencia, la vocación por lo siniestro.
La sorpresa y la metamorfosis, como elementos de lo siniestro, el pensamiento mágico, estructurado como identificación proyectiva, configuran una interpretación de la realidad característica de las poblaciones rurales influidas por la cultura guaraní, en las que viví hasta los 18 años. Allí toda aproximación a una concepción del mundo es de carácter mágico y está regida por la culpa. Las nociones de muerte, duelo y locura forman el contexto general de la mitología guaraní.
La internalización de estas estructuras primitivas oriento mi interés hacia la desocultación de lo implícito, en la certeza de que tras todo pensamiento que sigue las leyes de la lógica formal, subyace un contenido que, a través de distintos procesos de simbolización, incluye siempre una relación con la muerte en una situación triangular.
Ubicado en un contexto en el que las relaciones causales eran encubiertas por la idea de la arbitrariedad del destino, mi vocación analítica surge como necesidad de esclarecimiento de los misterios familiares y de indagación de los motivos que regían la conducta de los grupos inmediato y mediato. Los misterios no esclarecidos en el plano de lo inmediato (lo que Freud llama "la novela familiar") y la explicación mágica de las relaciones entre el hombre y la naturaleza determinaron en mí la curiosidad, punto de partida de mi vocación por las Ciencias del Hombre.
El interés por la observación de los personajes prototipicos, que en las pequeñas poblaciones adquieren una significatividad particular, estaba orientado -aún no conscientemente- hacia el descubrimiento de los modelos simbólicos, por los que se hace manifiesto el interjuego de roles que configura la vida de un grupo social en su ámbito ecológico.
Algo de lo mágico y lo mítico desaparecía entonces frente a la desocultación de ese orden subyacente pero explorable: el de la interrelación dialéctica entre el hombre y su medio.
Mi contacto con el pensamiento psicoanalítico fue previo al ingreso a la Facultad de Medicina y surgió como el hallazgo de una clave que permitiría decodificar aquello que resultaba incomprensible en el lenguaje y en los niveles de pensamiento habituales.
Al entrar en la Universidad, orientado por una vocación destinada a instrumentarme en la lucha contra la muerte, el enfrentamiento precoz con el cadáver -que es paradójicamente el primer contacto del aprendiz de médico con su objeto de estudio- significó una crisis. Allí se reforzó mi decisión de trabajar en el campo de la locura, que aún siendo una forma de muerte, puede resultar reversible. Las primeras aproximaciones a la psiquiatría clínica me abrieron el camino hacia un enfoque dinámico, el que me llevaría progresivamente, y a partir de la observación de los aspectos fenoménicos de la conducta desviada, al descubrimiento de elementos genéticos, evolutivos y estructurales que enriquecieron mi comprensión de la conducta como una totalidad en evolución dialéctica.
La observación, dentro del material aportado por los pacientes, de dos categorías de fenómenos netamente diferenciables para el operador: lo que se manifiesta explícitamente y lo que subyace como elemento latente, permitió incorporar en forma definitiva a mi esquema de referencia la problemática de una nueva psicología que desde un primer momento tendería hacia el pensamiento psicoanalítico.
El contacto con los pacientes, el intento de establecer con ellos un vínculo terapéutico confirmó lo que de alguna manera había intuido; que tras toda conducta "desviada" subyace una situación de conflicto, siendo la enfermedad la expresión de un fallido intento de adaptación al medio. En síntesis, que la enfermedad era un proceso comprensible.
Desde los primeros años de estudiante trabajé en clínicas privadas, adquiriendo experiencia en el campo de la tarea psiquiátrica, en la relación y convivencia con internados. Ese contacto permanente con todo tipo de pacientes y sus familiares me permitió conocer en su contexto el proceso de la enfermedad, particularmente los aspectos referentes a los mecanismos de segregación.
Tomando como punto de partida los datos que sobre estructura y características de la conducta desviada me proporcionaba el tratamiento de los enfermos, y orientado por el estudio de las obras de Freud, comencé mi formación psicoanalítica. Esta culminó, años más tarde, en mi análisis didáctico, realizado con el Dr. Garma.
Por la lectura del trabajo de Freud sobre "La Gradiva" de Jensen tuve la vivencia de haber encontrado el camino que me permitiría lograr una síntesis, bajo el común denominador de los sueños y el pensamiento mágico, entre el arte y la psiquiatría.
En el tratamiento de pacientes psicóticos, realizado según la técnica analítica y por la indagación de sus procesos transferenciales, se hizo evidente para mí la existencia de objetos internos, múltiples "imago", que se articulan en un mundo construido según un progresivo proceso de internalización. Ese mundo interno se configura como un escenario en el que es posible reconocer el hecho dinámico de la internalización de objetos y relaciones. En este escenario interior se intenta reconstruir la realidad exterior, pero los objetos y los vínculos aparecen con modalidades diferentes por el fantaseado pasaje desde el "afuera" hacia el ámbito intrasubjetivo, el "adentro". Es un proceso comparable al de la representación teatral, en el que no se trata de una siempre idéntica representación del texto, sino que cada actor recrea, con una modalidad particular, la obra y el personaje. El tiempo y el espacio se incluyen como dimensiones en la fantasía inconsciente, crónica interna de la realidad.
La indagación analítica de ese mundo interno me llevó a ampliar el concepto de "relación de objeto", formulando la noción de vínculo, al que defino como una estructura compleja, que incluye un sujeto, un objeto, su mútua interrelación con procesos de comunicación y aprendizaje.
Estas relaciones intersubjetivas son direccionales y se establecen sobre la base de necesidades, fundamento motivacional del vínculo. Dichas necesidades tienen un matiz e intensidad particulares, en los que ya interviene la fantasía inconsciente. Todo vínculo, así entendido, implica la existencia de un emisor, un receptor, una codificación y decodificación del mensaje. Por este proceso comunicacional se hace manifiesto el sentido de la inclusión del objeto en el vínculo, el compromiso del objeto en una relación no lineal sino dialéctica con el sujeto. Por eso insistimos que en toda estructura vincular -y con el término estructura ya indicamos la interdependencia de los elementos- el sujeto y el objeto interactúan realimentándose mutuamente. En este interactuar se da la internalización de esa estructura relacional, que adquiere una dimensión intrasubjetiva. El pasaje o internalización tendrá características determinadas por el sentimiento de gratificación o frustración que acompaña a la configuración inicial del vínculo, el que será entonces un vínculo "bueno" o un vínculo "malo".
Las relaciones intrasubjetivas, o estructuras vinculares internalizadas, articuladas en un mundo interno, condicionarán las características del aprendizaje de la realidad. Este aprendizaje será facilitado u obstaculizado según que la confrontación entre el ámbito de lo intersubjetivo y el ámbito de lo intrasubjetivo resulte dialéctica o dilemática. Es decir, que el proceso de interacción funcione como un circuito abierto, de trayectoria en espiral, o como un circuito cerrado, viciado por la estereotipia.
El mundo interno se define como un sistema, en el que interactúan relaciones y objetos, en una mútua realimentación. En síntesis, la interrelación intrasistémica es permanente, a la vez que se mantiene la interacción con el medio. A partir de las cualidades de la interacción externa e interna, formularemos los criterios de salud y enfermedad.
Esta concepción del mundo interno, y la sustitución de la noción de instinto por la estructura vincular, entendiendo al vínculo como un protoaprendizaje, como el vehículo de las primeras experiencias sociales, constitutivas del sujeto como tal, con una negación del narcisismo primario, conducían necesariamente a la definición de la psicología, en un sentido estricto, como psicología social.
Si bien estos planteos surgieron en una praxis y están sugeridos, en parte, en algunos trabajos de Freud (Psicología de las masa y análisis del yo), su formulación implicaba romper con el pensamiento psicoanalítico ortodoxo, al que adherí durante los primeros años de mi tarea, y a cuya difusión había contribuido con mi esfuerzo constante. Pienso que esa ruptura significó un verdadero "obstáculo epistemológico, una crisis profunda, cuya superación me llevó muchos años, y que quizás se logre recién hoy, con la publicación de estos escritos.
Esta hipótesis parecería confirmada por el hecho de que, a partir de la toma de conciencia de las significativas modificaciones de mi marco referencial, me volqué más intensamente a la enseñanza, interrumpiendo el ritmo anterior de mi producción escrita. Sólo en 1962, en el trabajo sobre "Empleo del Trofanil en el tratamiento del grupo familiar", en 1965 con "Grupo operativo y teoría de la enfermedad única" y en 1967 con "Introducción a una nueva problemática para la psiquiatría", logro una formulación más totalizadora de mi esquema conceptual, si bien algunos aspectos fundamentales se relacionan entre sí, y muy escuetamente, recién en "Propuestas y metodología para una escuela de psicólogos sociales" y "Grupo operativo y modelo dramático", presentados respectivamente en Londres y Buenos Aires, Congreso Internacional de Psiquiatría Social y Congreso Internacional de Psicodrama, en el año 1969.
La trayectoria de mi carrera, que puede describirse como la indagación de la estructura y sentido de la conducta, en la que surgió el descubrimiento de su índole social, se configura como una praxis que se expresa en un esquema conceptual, referencial y operativo.
La síntesis actual de esa indagación puede señalarse por la postulación de una epistemología convergente, según la cual las ciencias del hombre conciernen a un objeto único: "el hombre - en - situación" susceptible de un abordaje pluridimensional. Se trata de una interciencia, con una metodología interdisciplinaria, la que funcionando como unidad operacional permite un enriquecimiento de la comprensión del objeto de conocimiento y una mútua realimentación de las técnicas de aproximación al mismo.

Enrique Pichon Rivière
(en "El Proceso Grupal", 1971)

Las organizaciones efímeras y las nuevas formas de agrupamiento social

Dra. Gladys Adamson

Trabajo presentado en el Panel "Contexto Social y Grupo" de las Segundas Jornadas de Homenaje al Dr. Enrique Pichon Riviere en Buenos Aires, octubre de 1992.

Desde el ECRO pichoniano pensamos al sujeto como producto de su historia singular comprendida como historia familiar. Pero en esta historia considerada en su verticalidad percibimos también la condición de "emisario" del sujeto, de emergente de una compleja trama vincular que a la manera de la íntima textura de una tela nos devela el tejido social.(1)
Este tejido social estará presente e inconsciente en el esquema referencial del sujeto, en su manera de percibir, de efectuar distinciones en la realidad para comprenderla, en la manera de operar sobre ella y en las múltiples significaciones que otorgará al amor, a la política, al bienestar, al futuro, al sexo, al Estado, al ser mujer, hombre etc.
La importancia de pensar a la estructura familiar con una determinación de peso pero no exclusiva de la subjetividad nos permite pensar los cambios sociales, pensar los ámbitos que contextuan a la familia (el institucional y comunitario) con un peso similar al de la familia en la determinación de la subjetividad.
A su vez la importancia que posee esta manera de pensar es que nos permite percibir cómo los cambios sociales, los distintos momentos históricos que nos toca vivir a lo largo de nuestra vida tienen un efecto de producción de nuevas subjetividades, de nuevos estilos vinculares que emergeran en nuestras organizaciones, nuestra cultura, nuestra cotidianidad. Cómo entender si no, los cambios generacionales?
Aquí veo un desafío de la década del 90 para los Psicólogos Sociales. Cómo percibir los atisbos o los fragmentos de esta nueva subjetividad, hoy, que estamos atravezando tantos cambios sociales a nivel nacional y mundial?
Hay un relativo acuerdo entre los pensadores sociales que la diversidad, las contradicciones y la fragmentación de nuestro mundo actual han hecho estallar nuestros marcos referenciales. Nos encontramos así en una situación de crísis de referentes.
Como naúfragos vamos recogiendo los fragmentos de nuestro marcos referenciales deshechos y tratando de verificar cual de todos nuestros conceptos nos es todavía instrumental para comprender la realidad que nos ha tocado vivir. Frente a esta situación corremos el riesgo de una parálisis puesto que si dudamos de nuestros conceptos instrumentales, desde dónde y cómo operamos en la realidad.
Tenemos la sensación que los lazos entre la realidad social y nuestros instrumentos para el conocimiento de lo social se ha roto. No se trata sólo que la realidad esta cambiando sino que por efecto de dicho cambio estamos cuestionando nuestos modos de percepción y nuestros instrumentos de interpretación.
Cómo hacer para reconocer lo autenticamente nuevo que se está gestando en nuestra sociedad si lo miramos con "ojos viejos"? Tenemos otra posiblidad de comprender este cambio social que no sea a partir de marcos conceptuales que nos provienen del pasado?
Si inventamos nuevas perspectivas para pensar nuestra realidad actual esto nos puede llevar al error. Pero el máximo error no sería insistir con viejas categorías para comprender una realidad que ya no es la que le otorgó validez a dichas categorías? Estos son algunos de los interrogantes que me asaltan pero que al mismo tiempo intuyo como fecundos.
Teniendo en cuenta la ruptura existente entre realidad y formas de percibirla y comprenderla, comencemos por plantearnos ciertas caracterizaciones de nuestra realidad actual.
Nuestra realidad actual
Visualizar nuestra realidad hoy es percibir que el Estado nos plantea la instalación de una estructura económica que caracterizaría como propia de un capitalismo feroz, basado en la propiedad privada, en la competencia despiadada según las leyes de mercado.
Este planteo tiene como consecuencia la cosificación de los sujetos ya que nos convertimos en objeto de explotación, importantes casi exclusivamente en relación a nuestra capacidad de producción o de consumo. Somos un elemento del mercado más.
A ello debemos agregar una cultura política, un estilo de accionar político, que incluye, casí con naturalidad el cinismo y la mentira, la posibilidad de la corrupción y la prevalencia de intereses personales o de camarillas por sobre los intereses comunes de la población a la que los políticos supuestamente representan.
Es un gran interrogante si la Ley del Mercado será la que guiará nuestro futuro como humanidad o si, como corresponde a nuestra tradición greco-latina fijaremos ciertos ideales éticos que tengan como objetivo el bienestar común de los seres humanos por encima de la ley del dinero. Si renunciamos a los ideales corremos el riesgo de quedar a merced de un "motor ciego de la historia" como lo señala Marshall Berman (2).
La realidad social en los grupos
Si constatamos lo emergente, aquello novedoso y actual en los grupos a los que pertenecemos, que formamos etc., tenemos que decir que percibimos a sujetos en crísis más o menos constantes. Esto es, padeciendo la pérdida de sus marcos referenciales que les permitían una cierta adaptación activa a la realidad, la pérdida de sus instrumentos para percibir la realidad y adaptarse a ella de manera más o menos exitosa.
Aparecen así, en los grupos que coordinamos sujetos sobreestimulados, como si hubieran sido bombardeados por estímulos desestructurantes y sin tiempo para elaborarlos y otorgarles cierta coherencia, la necesaria para operar sobre la realidad.
Vemos sujetos que se visualizan en riesgo, con la angustia de desconfiar de sus propios parámetros perceptivos y de interpretación de la realidad, situación que en una sociedad capitalista es grave. Se juega en ello no sólo condiciones de mayor o menor bienestar subjetivo sino posibilidades de supervivencia real.
Esta situación de crisis introduce una paradoja en los vínculos humanos: por un lado se perciben como muy necesarios, es solamente en el sostén vincular, en la comunicación con el semejante que va a ser posible "ajustar" el "aparato" perceptivo y volver confiable una determinada lectura de la realidad (el otro también puede ser una fuente de recursos concretos en la lucha por la vida) pero por otro lado emergen en los vínculos grupales los efectos de la crisis: un alto monto de angustia, de suceptibilidad, de bajo umbral a la frustración, de desconfianza del otro, sobre todo si tiene algún rol de autoridad o cuota de poder sobre él. La suceptibilidad existente frente a todo aquello que pueda ser sospechoso de manipulación sólo es comprensible desde la crisis de representatividad que sufrimos en la actualidad derivada en gran parte por la desconfianza generada por los políticos (que son los que nos gobiernan) y su manera perversa de operar a través de la mentira, el doble discurso, las promesas que encubren sus intereses personales, etc.
Lo novedoso a nivel social
Qué es aquello novedoso en nuestra realidad social actual?. La presencia de nuevos movimientos sociales que no pueden ser definidos como partidos politicos, ni pertenencientes a una determinada clase social, me estoy refiriendo a agrupaciones feministas, a Asociaciones por los Derechos Humanos, muchos movimientos de defensa del medio ambiente, movimientos indigenistas de defensa de sus tradiciones y cultura, agrupaciones de homosexuales etc.
También la existencia de múltiples agrupaciones humanas que a la manera de "organizaciones efímeras" se nuclean alrededor de un objetivo puntual, eligen sus líderes, programan sus acciones conjuntas y cuando logran su objetivo se disuelven. Me estoy refiriendo a organizaciones de trabajadores al margen de su sindicato que se nuclean alrededor del objetivo de salvar su fuente de trabajo, poblaciones de ciudades del interior que se movilizan para evitar que su ciudad desaparezca bajo las aguas, moradores de un asentamiento reclamando por la posesión de sus tierras, las marchas del silencio en Catamarca, la lucha de los docentes, la persistente presencia de los jubilados todos los miércoles en la Plaza etc.
Hay ciertas peculiaridades en estos movimientos sociales que querría destacar. No existe en ellos la intencionalidad del poder, pero sí el objetivo de cambiar patrones socio-culturales, significaciones sociales que operan como instituidos universales, significaciones que penetran en la intimidad de su cotidianidad, en la microestructura social. Me estoy refiriendo a la intencionalidad explícita de que se modifiquen significaciones sociales respecto de la educación pública, de lo femenino, acerca de la impunidad, de la corrupción, acerca de la dignidad de los desposeidos, de los viejos, de la diversidad sexual humana etc.
En un sentido mas general son movimientos contra la alinenación, movilizaciones para recuperar la identidad y la autonomía. Rechazan el tutelaje de los partidos políticos, posición novedosa frente al paternalismo conservador y la manipulación demagógica, aparecen como una nueva forma de acción política que no se plantea la toma del poder para llevar a cabo los cambios culturales sino que opera en todo caso en la microfísica del poder intentando cambiar esa urdimbre se significaciones que según Castoriadis es la sociedad.
Tilman Evers sostiene que estos movimientos sociales nos debe llevar a pensar "un ensanchamiento de la esfera de "lo político"" ensanchamiento que implica pensar lo político no sólo como una esfera especializada y agrega "Los esfuerzos de las dictaduras militares para suprimir la participación política cortando los canales tradicionales de articulación, tuvieron el efecto exactamente opuesto de politizar las primeras manifestaciones sociales por vivienda, consumo, cultura popular o religión".
Algunas de las características de estos movimientos sociales son: 1) lo integran un número relativamente bajo de participantes, 2) no poseen estructuras burocráticas sino predominantemente informales, 3) formas colectivas de toma de decisiones, 4) poca distancia entre los líderes y los demás participantes, 5) modos pragmáticos, no teóricos de visualizar y plantear los objetivos del movimiento etc.
La utopía de una nueva sociedad?
No deberíamos considerar estos movimientos sociales como embriones en gestación de una nueva forma social? No son, aunque efímeras, experiencias importantes de cooperación, de solidaridad, de utopía de una sociedad mas igualitaria, de una sociedad nueva donde la dignidad del ser humano sea inapelable? Por qué negarle capacidad innovadora, de cambio social, por qué anular su potencial para crear y experimentar formas diferentes de relaciones sociales cotidianas? El hecho de que no intenten cambiar todo el sistema social sino significaciones básicas de nuestra estructura social, le quita necesariamente su valor transformador?
Debemos considerar que aquello que llamamos sociedad no es algo establecido de una vez y para siempre. Ha sido producido por los hombres y aún más, debe ser reproducido cotidianamente en sus creencias, valores, acciones para que subsista como tal. De aquí entonces la importancia de la puesta en cuestión de ciertos instituídos que se hallan íntimamente amalgamados a nuestra vida cotidiana. A través de su práctica social estas organizaciones efímeras ponen en cuestionamiento algunos mecanismos de automatismo social reproductivo inconsciente. Con su acción enuncian un desacuerdo con cierto imaginario eficaz (3) y denuncian cómo con ello se reproduce una situación injusta. Por ejemplo, una posición de marginación social de los viejos.
Así estos sectores de nuestra población movilizados han creado "cuerpos extraños" en esta sociedad ferozmente capitalista implantando formas solidarias de relacionarse, luchas por una dignidad que no pasa por la capacidad de consumo, por la imitación de la "cultura de mercado" dominante. Estos sujetos practican en el interior de estas "organizaciones efímeras" valores y creencias no alienadas, lo que significa un claro impulso a reapropiarse de su identidad, de sus derechos y su cultura. En estos nuevos movimientos sociales hay indudablemente una expectativa de cambio social.
Sin una utopía de que es posible el proyecto de un cambio social para el futuro.Estas agrupaciones humanas se movilizarían con la energía y persistencia con que lo hacen?
En la dimensión de la grupalidad
No deberíamos plantearnos la emergencia fragmentada, reciente, de una nueva forma de subjetividad? Una subjetividad en la que anida un fuerte impulso a la rebelión contra la sociedad existente, rebelión contra la alienación, una subjetividad impulsada a colocarse como sujeto de su propia historia, con una identidad en crisis pero que busca fuertemente su reafirmación y de allí esta alternancia entre exceso y ausencia de autoestima que encontramos en los grupos. No nos hallamos ante la necesidad de reafirmar la propia dignidad humana frente a la experiencia diaria de miseria, opresión y devastación cultural? Rebeldía en contra de cualquier tipo de dominación vivida como usurpación de identidad aunque esta esté encarnada en la figura de un coordinador. Subjetividad que busca un espacio profundamente democrático suceptible a reaccionar con violencia frente al menor atisbo de autoritarismo, de dominación, de recorte de su libertad individual, dispuesta a defender a ultranza su autonomía. Subjetividad que necesita reafirmar constantemente que es sujeto de su propia historia y que es quien decide la calidad y cantidad de incidencia de las estructuras sociales, educativas, etc. existentes, aún en un espacio tan genuinamente democrático como es la Escuela de Psicología Social. Sujeto con una profunda vocación de cambio en relación a las jerarquías que introducen los factores de poder, rebelándose a ser considerado sólo como consumidor y buscando relaciones sociales que no sean, esencialmente relaciones de dominación.
El último interrogante que me planteo es: si existe la posiblidad de visualizar la gestación de una nueva subjetividad en estas parcelas aisladas de nuestra realidad social, cómo acompañamos este proceso para potencializarlo?. Será en principio percibir lo nuevo que hay en los "síntomas" que percibimos en nuestros grupos? Esa suceptibilidad, desconfianza hipercrítica, oscilaciones de su autoestima, bajo umbral de frustraciones etc.
Se puede pensar que estas reflexiones tienen mas de utópico que de lectura objetiva de la realidad pero si no realizamos un esfuerzo para ver lo nuevo que se está gestando en nuestra realidad. No corremos el riesgo de construir una visión apocalíptica de la realidad?. No nos arriesgamos a coordinar desde el desencanto visualizando los conflictos grupales como "pérdida" de valores solidarios más que como eclosión de ciertas necesidades que aún no podemos distinguir con claridad?
Para concluir reivindico la utopía porque como dice Joan Manuel Serrat: "sin ella la vida es sólo un ensayo general para la muerte".



Notas:
(1) El concepto de Ambito de E.P.Riviere nos permite percibir y pensar campos diferenciados (la dimensión de lo individual, lo grupal, lo institucional y lo comunitario) e interdependientes, íntimamente imbricados que determinan a través de complejas mediaciones y articulaciones, (donde no se excluye el azar) estructuras vinculares, conformando subjetividad.
(2) Marshall Berman "Todo lo sólido se desvanece en el aire" Ed. Siglo XXI
(3) Cornelius Castoriadis "La institución imaginaria de la realidad" Tusquets editores.

Bibliografia:
Tilman Evers Revista "Punto de Vista". Nº 20 Año 1985
E.Pichon Riviere: "El Proceso Grupal" Editorial Nueva Vision
Ana Quiroga: "Enfoques y pespectivas en Psicología Social" Ediciones 5

viernes, 1 de febrero de 2013

Posmodernidad y la lógica cultural del capitalismo tardío

Dra. Gladys Adamson
Por cultura voy a tomar la definición del antropólogo Clifford Geertz quien escribió: "Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre". Cultura por lo tanto es esa urdimbre de significaciones que toda sociedad crea para sí misma y que le permite reconocerse como tal.
El título de este artículo alude a una hipótesis de Fredrich Jameson quien sostiene que el posmodernismo es una dominante cultural que corresponde a un momento histórico que él denomina de Capitalismo Tardío (según una definición de Mandel) o Capitalismo Multinacional. Dice F.Jameson: "La tesis general de Mandel, sostiene que el capitalismo ha atravesados tres momentos fundamentales y que cada uno de ellos ha significado una expansión dialéctica en relación con el período anterior: estos tres momentos son el capitalismo de mercado, el estadio monopolista o del imperialismo y nuestro propio momento, al que erróneamente se denomina posindustrial, pero para el cual un nombre mejor podría ser el de capitalismo multinacional (...) el capitalismo tardío o multinacional, o de consumo constituye (...) la forma mas pura de capital que haya surgido, produciendo una prodigiosa expansión de capital hacia zonas que no habían sido previamente convertidas en mercancías".
Su hipótesis continua con una idea que juzgo novedosa: La fragmentación que aparece cono rasgo distintivo de la posmodernidad y que suele atribuirse a la complejidad tecnológica y a la saturación de información que proveen los medios masivos de comunicación para F.Jameson son las representaciones con las cuales tratamos de captar algo mas profundo "el sistema internacional del capitalismo multinacional de nuestros días" y del cual nos es imposible lograr una representación de totalidad.
Atribuimos la lógica de la fragmentación de la cultura posmoderna a la variedad y vertiginosidad de los cambios tecnológicos pero esto que constituiría la materialidad que explicaría la lógica de las representaciones culturales es lo que Fredrich Jameson dice que constituye la representación posible de un irrepresentable que sería la lógica misma del capitalismo multinacional. Nos representamos a la tecnología como "causa" de la fragmentación en nuestra cultura porque nos es imposible representarnos la complejidad del capitalismo tardío o multinacional.
Puede ser útil comparar las ideas rectoras de la Modernidad, algo que diversos autores concuerdan en afirmar que comenzó a concluir luego de la década de 1950. La Modernidad se caracteriza por la confianza en el Progreso, por la búsqueda de una razón globalizante que dé cuenta del momento histórico y su devenir, la postulación de metas ideales, un fuerte sentido de la vida signada por responsabilidades acerca del mundo, responsabilidad por el otro, aun en el heroísmo, el imperio de la razón. Esta modernidad correspondía a la Industria Capitalista o al capitalismo industrial con sus fabricas, sus organizaciones obreras, sindicales.
La posmodernidad corresponde a un momento histórico diferente que corresponde al Capitalismo Tardío, a una sociedad de consumo, a una sociedad de la informática, de los medios masivos de comunicación a una sociedad de una tecnología sofisticada.
No toda nuestra cultura es posmoderna pero si el posmodernismo es una dominante cultural en nuestros días.
Algunos autores (Marshall Berman, Jurgen Habermas ) no acuerdan en denominar a nuestro momento actual de Posmodernidad pero sí acuerdan en las características que definen a nuestra cultura contemporánea.
Aquí me parece importante incluir a un estudioso de las características culturales posmodernas como es Gilles Lipovetski.
Este autor sostiene que asistimos a una nueva fase en la historia del individualismo occidental y que constituye una verdadera revolución a nivel de las identidades sociales, a nivel ideológico y a nivel cotidiano.
Esta revolución se caracteriza por: un consumo masificado tanto de objetos como de imágenes, una cultura hedonista que apunta a un confort generalizado, personalizado, la presencia de valores permisivos y light en relación a las elecciones y modos de vida personales.
Estos cambios, novedosos a nivel de la cultura y los valores morales implican una fractura de la sociedad disciplinaria (tan bien analizada por Michel Foucault) y la instauración de una sociedad mas flexible "basada en la información y en la estipulación de las necesidades, el sexo y la asunción de los "factores humanos", en el culto a lo natural, a la cordialidad y al sentido del humor"
La cotidianeidad tiende a desplegarse con un mínimo de coacciones y el máximo de elecciones privadas posible, con el mínimo de austeridad y el máximo de goce, con la menor represión y la mayor comprensión posible.
Poder planificar una vida "a la carta". Esta sería la utopía de los tiempos posmodernos como el mito, tal cual lo señala Lipovetski, no sería Prometeo como en la Modernidad, sino Narciso.
La sociedad disciplinaria si bien correspondía a un sistema político democrático era de tipo autoritario. Se tendía a sumergir al individuo en reglas uniformes, en eliminar lo máximo posible las elecciones singulares en pos de una ley homogénea y universal, la primacía de una voluntad global o universal que tenia fuerza de imperativo moral que exigía una sumisión y abnegación a ese ideal.
En el contraste se ve la diferencia. Lo interesante de pensar es que la Modernidad plasmada como sociedad disciplinar constituyó una subjetividad y una forma de ejercer un control de esta subjetividad. Como lo señala M.Foucault el control de las mentes y las conciencias permitió el control sobre los cuerpos y las prácticas sociales de los sujetos.
La posmodernidad no implica una liberación del control social. La posmodernidad no nos libera de una estrategia de control global. La manera de ejercer dicho control varía.
Ahora dicho control se ejerce a través de la seducción, de una oferta de consumo, de objetos o de imágenes, consumo de hechos concretos o de simulacros.
La cultura posmoderna es en definitiva una pluralidad de subculturas que corresponden a diversos grupos sociales y que adquieren su propia legitimación a existir y a coexistir con otras subculturas con igual o similar reconocimiento social.
Dice G.Lipovetski:" la cultura posmoderna es descentrada y heteróclita, materialista y psi, porno y discreta, renovadora y retro, consumista y ecologista, sofisticada y espontanea, espectacular y creativa; el futuro no tendrá que escoger una de esas tendencias sino que, por el contrario desarrollará las lógicas duales, la correspondencia flexible de las antinomias.
Se diversifican las posibilidades de elección individual, se anulan los puntos de referencia ya que se destruyen los sentidos únicos y los valores superiores dando un amplio margen a la elección individual. Lo interesante es pensar esta lógica no como la aspiración a un paraíso terrenal sino como una nueva forma de control social. La posibilidad de la constitución de una nueva subjetividad tal vez mas controlable que la subjetividad moderna-revolucionaria. Implican nada mas que tecnologías blandas de control.

El fin del trabajo: ¿la emergencia de una nueva cultura?

No podemos soslayar una problemática que constituye el centro de los debates sociales y psicosociales en el momento actual y que se percibe como una suerte de fantasma del futuro: el fin del trabajo tal como lo conocemos desde hace unos 200 años.
Los autores, que han encarado este tema con la seriedad que se merece son Jeremy Rifkin quien escribió un espléndido libro "El fin del Trabajo" y Robert Castel quien editó "La cuestión de la metamorfosis social" libro recientemente traducido al español
Hay datos históricos que resultan sumamente contundentes a la hora de pensar el fin del trabajo.
Estos datos son: que a principio del siglo XIX la agricultura constituía la ocupación fundamental de los hombres. Todas las tareas agrícolas se realizaban "a mano", arar, sembrar, carpir, regar, cosechar etc. A partir de 1850 las condiciones comenzaron a variar Mc Cormick invento la segadora, John Deere el arado de acero, mas adelante apareció el tractor. En la actualidad solo un 3% de la población laboral se dedica a tareas del agro.
Estos trabajadores se trasladaron a las industrias que se hallaban en pleno auge. Llegaron a ocupar el 35% de la mano de obra de la clase trabajadora.
Pero aquí también llego la tecnología y la robotica y aunque la tecnificación de las industrias aumentaban la producción hacían que disminuyera estrepitosamente el caudal de obreros empleados.
Quedaba aún el sector de Servicios. Desde profesores a abogados, enfermeras y médicos cuidadores varios, funcionarios de gobierno administrativos y guardas de seguridad, este sector permitió salvar a la sociedad del terrible efecto desbastador del desempleo.
Actualmente el sector de Servicios también se está tecnificando, la computadora, el internet, la fotocopiadora,el procesador de textos etc.
hace que se esté desplazando también de este sector a una masa de trabajadores que generan este gran interrogante: ¿adonde van?
A este interrogante se suma otro que es: que actividad humana va a suplir la multidimensionalidad de efectos, vinculares, culturales, de la vida cotidiana, barriales y subjetivos que produjo el trabajo hasta ahora?.
La ausencia de trabajo y el aumento del ocio forzado pone en evidencia que el trabajo es mucho mas que un medio de producción económica. El hecho que falte hace visible su múltiple función de organizar la cotidianidad no solo de un sujeto sino de su familia, genera hábitos, costumbres, horarios, es un medio de ubicación social de sentido para la vida, es generadora de subjetividad.
Si era el trabajo lo que producía todos estos efectos la gran pregunta es ¿qué otra actividad lo va a reemplazar como generadora de estos efectos que corresponden a la dignidad humana?
Desde los distintos autores: Rifkin y Castel se plantea la necesidad de repensar la cuestión social, la necesidad de pensar las condiciones de un nuevo contrato social, de reformular ala concepción de lo equitativo y de lo justo, de crear formas inéditas de solidaridad y a buscar modalidades originales de recomposición del tejido social.
La actual política mundial de exclusión y disgregación produce la segregación de los circuitos sociales de producción, de utilidad y de reconocimiento de una gran parte de la población mundial. Se perfila, así un modelo de sociedad en el que sus miembros no están ya vinculados por aquellas relaciones de interdependencia que teorizo Durkheim, por ejemplo y que permiten que se pueda hablar de una sociedad como un conjunto de sujetos que se reconoce, por rasgos, como "semejantes". Tal es el peligro que comportan los fenómenos de exclusión: el exilio de una parte de la población respecto de la sociedad y la ciudadanía. El peligro no solo es encontrarnos en un nuevo tipo de sociedad sino en la descomposición de las condiciones de la democracia misma.
Vuelvo a la pregunta que implica todo un desafío: es posible que el trabajo deje de ser ese lugar central de dignidad y ciudadanía en un futuro, pero debamos preguntarnos, cuales serán las nuevas formas sociales de adquirirlas?

Cosquín, enero de 1997. Provincia de Córdoba

(*) Trabajo presentado en el XI Congreso del Hombre Argentino y su Cultura "Debate sobre los modelos culturales a Fines de Siglo"